Antonio Jurado y los impostores

29ª parte

Anteriormente

 

         Eso era todo, la filmación se cortaba ahí. Lo siguiente que supo de ella fue que una vez llegó a la base 51 de Estados Unidos, fue trasladada a otro lugar especializado en vida extraterrestre. Los americanos eran terriblemente opacos y no compartían información salvo con sus mandos más cercanos. Sus informes al respecto, poco más que telegramas, no daban detalles. Apartaron a la organización de sus investigaciones alegando que al no ser una amenaza ni tema de grises, la niña estaba bajo su protección y estaban tratando de rehabilitarla en la sociedad.

         "La niña",  Paco nunca olvidaría esa corta descripción. Él se opuso a que se la quedaran, exigió los resultados de los estudios, pero España solo era un miembro del consejo en la basta organización y nadie más le prestó su apoyo, la mayoría recomendaba hacer como en todos los casos y temas que competían exclusivamente al EICFD, negarlo todo de forma pública. Perseguir y eliminar la información al respecto en los medios internacionales.

         En ese tiempo, la vendieron a los Yakuza sin dar explicaciones, nadie las pedía salvo él. El único informe que compartieron con la Organización fue:

 

 

         Sexo: Mujer

         Edad: 15 (en clara alusión a los 1500 millones de años que parecía tener)

         Nacionalidad: Desconocida.

         Descripción del paciente: Aparentemente humana excepto por su tercera cuenca ocular, alojada en la frente (plenamente funcional) y sus seis dedos en cada extremidad. Su nivel de inteligencia supera todas las tablas conocidas. Aprendió a hablar inglés en cuatro días, a leer en dos, se le ha enseñado también español, chino, francés y alemán. Cuando más aprende, más capacidad retentiva demuestra tener, es como si su inteligencia estuviera aun hibernando y paulatinamente, con la disciplina y el aprendizaje de cosas nuevas, su mente se despierta más. Se han detectado determinados poderes psíquicos que la convierten en un peligro para la sociedad. Puede leer pensamientos, poseer cuerpos, pero no debe ser liberada por sus ideas y convicciones religiosas, incompatibles con la sociedad actual.

         Recomendaciones: Mantenerla con mordaza para evitar que propague su ideología. El peligro es nivel cinco, si quedara en libertad, con el suficiente apoyo económico para difundir su doctrina podría poner en jaque toda la estructura social conocida.

        

         Eso fue lo último que dijeron los americanos antes de venderla, ni siquiera informaron a quién, lo averiguó él después. Y no tenía modo de saber qué era lo que buscaba Arita, aunque al recordar el informe empezó a dudar que fuera una cosa, pues podía ser una utopía política. Recordó de nuevo los videos de cuando fue encontrada y la estudió detenidamente. Tenía tubos por la nariz, la frente, la boca... Un tercer ojo, eso fue lo que llamó más la atención, y sus inmensos ojos que recordaban misteriosamente a los grises. Como si  fuera una criatura híbrida entre humana y extraterrestre... O la teoría más loca, quizás era la madre de ambos.

         A pesar de todo lo que acababa de recordar aún existían retales perdidos en su mente, alguien, no recordaba quién, mencionó que la niña tenía voz dulce aunque adulta. Pero lo que más dudas le causaba era si ella era tan poderosa como para convencer a cualquiera de sus ideas, de ser así ¿cómo es que no logró poner de su parte a sus captores? La interrogaron, sabía de buena tinta que los americanos eran tremendamente cabezones en cuanto a tratar de obtener información. Pero no les logró convencer de sus ideas lo que demostraba que tampoco era tan peligrosa.

         En sus averiguaciones un asesor del presidente americano, de origen japonés, fue la pista clave que le llevó a saber por qué fue vendida. La NASA quería financiación y de paso deshacerse de las pruebas de vida extraterrestre encontradas en la Luna. ¿Por qué? Porque mantener el secreto seguía costándoles un dineral. Fue en la época en la que desmontaron el Área 51 y repartieron por el mundo sus diversos laboratorios.

         La venta de secretos se hizo en la clandestinidad. Lo que les llevó a negociar con los personajes más corruptos y ricos del mundo.

         Cuando se enteró de que eran los yakuza los que la tenían, tuvo que hacer de tripas corazón y comenzó a tener trato con ellos. Nunca reveló su interés por ella, ni ellos la nombraron. Durante años les tuvo que ayudar, cubrir sus trapos sucios y tratarlos como socios respetables, esperando que algún día pudiera averiguar algo sobre Arita.

         Pero fue Antonio Jurado el que apareció en escena, metiendo las narices como un elefante en una tienda de porcelanas, borrando del mapa a su homónimo Yakuza, dejando escapar a la niña y, para colmo, dejándose infectar por ese veneno de los impostores. Arita estaba en libertad y todo parecía indicar que ocurrió el mismo día y por culpa de ese hombre.

         Y sin embargo el mundo no cambiaba, nadie propagaba una nueva ideología política ni Arita movía ficha. ¿Por qué? ¿A qué estaba esperando? ¿Qué buscaba? ¿Sería la cabeza del hombre que iba con ella en la nave? Podría ser, aunque nunca supo qué fue de ella. El caso es que no figuraba en informe alguno. Era imposible encontrarla incluso para una telépata como Arita. Una mujer tremendamente inteligente,... ¿Para qué iba a querer esa cosa asquerosa?

         La imagen de la niña en los videos del Apollo 20 volvió a su mente. ¿Qué es lo que tenía en ese entonces que buscaba ahora con tanto ahínco, antes de lanzar su jaque mate al mundo?

         La observó inerte en la profundidad de su memoria, con los cables en la boca, los ojos, el tercer ojo abultado en su frente, uno que tenía activo sin duda porque llevaba un aparato conectado él, y en el cuello... Una tela plateada, como un fular. Esa era su única prenda, a excepción del plástico que la protegía.

         —¿Una prenda de color plata? —Pronunció en voz alta, sintiendo que era algo que también él deseaba poder recuperar —. ¿No sería el primer traje de los pleyadianos? Ella apareció en 1974, el traje en 2015.

         No recordaba que se mencionara tal fular en ningún informe. Era como si hubiera desaparecido en cuanto llegó a la Tierra. No se le dio importancia, ¿dónde acabó?

         No en vano la primera vez que supieron de la existencia de los trajes de los pleyadianos fue durante la guerra contra los grises, aproximadamente en 2015, cuando Elías se los prestó a siete personas (que finalmente salvaron a la humanidad de la peor crisis de la historia), pero ¿de dónde los sacó? Los elegidos devolvieron todos los trajes (cosa que demostraba lo bien escogidos que estaban ya que ninguno puso objeción a pesar de tener el poder absoluto en sus manos) pero uno fue duplicado, y éste a su vez también se duplicó, de los cuales uno fue destruido y el otro... Ya sabía su final, lo perdió unos días atrás.

         —Niña, ¿buscas tu maldito fular?,... Pues ya somos dos —bufó—. El que lo encuentre antes, gana.

         Si localizaban de nuevo a los pleyadianos o a Elías... Solo podría un hombre... Y era lo único que le producía cosquillas molestas en su cerebro, Antonio Jurado. Él les llevó a los pleyadianos, él liberó a Arita, él estaba en el cuartel infectado con un virus de invención humana para enfrentarse a los grises... Del que tenían la cura.

         «Joder, Arita no puede controlarlo siendo zombi... ¿O sí?»

         Se preguntó qué pasaría si le curaban y le ponían a buscar a los pleyadianos. ¿Seguiría manteniendo su condición de impostor? Era la maldita pieza clave del tablero en aquella partida. Arita no era tonta, en absoluto. Ella pudo prever que al tener el virus se lo llevarían, le curarían y lo podrían a buscar su fular. Y al ser un impostor, cuando lo consiguiera tomaría el control de él y se lo llevaría en bandeja.

         Sonrió, triunfal. Eso no pasaría... Antonio nunca se curaría aunque ahora sabía por qué fue elegido precisamente él para liberarla.

         Abrió los ojos, llevaba un rato aparcado frente a su casa. Suspiró con las ideas muy claras, solo había una persona que vio esa prenda, la tocó y aún seguía con vida: William Rutledge. Puede que su propietario fuera un rico que decidió comprarlo de contrabando para colgarlo en una exposición privada de objetos extraños e insultantemente caros. Si alguien podía decirle quién lo tenía, era ese viejo ex—astronauta.

         Necesitaría a todo el equipo haciendo horas extras en el EICFD para encontrarlo. Según confesó en sus declaraciones hechas en YouTube vivía en Ruanda, pero no usaba su nombre real. Sería complicado localizarlo, aunque no para sus chicos.

         Sacó del bolsillo su teléfono móvil y seleccionó el número de Abby Bright. Marcó y esperó. Al segundo zumbido escuchó su robótica contestación:

         —¿Señor? —Escuchó su voz carente de emoción.

         —Apunte este nombre, William Rutledge. Muevan cielo y tierra para localizarlo, lo quiero ayer en la sala de interrogatorios.

         —A... A la orden señor.

         Y colgó. Esa mujer no hacía preguntas, pero leía sus pensamientos, sabría a qué William quería encontrar o se lo preguntaría a Montenegro. Para él tenía que pedirle otra cosa. A esas horas Antonio Jurado debía estar encerrado en la planta de criaturas peligrosas de las instalaciones del Atlántico.

         Marcó su teléfono y esta vez hizo señal de llamada varias veces antes de escuchar respuesta.

         —Al habla Montenegro, ¿En qué puedo ayudarle señor?

         —¿Cómo ha ido la captura del señor Jurado?

         —Tal y como estaba previsto, ha sido trasladado a las celdas de contención de amenazas biológicas. El doctor Black está trabajando en su diagnóstico. Hemos tenido suerte de que se auto confinara en su vehículo, no ha habido ni un solo contagio.

         —Un impostor se ha contagiado con el virus de los zombis que ella trató de dispersar. No puedo creer que nuestra enemiga cometiera un error como ese, y ahora me temo que es una trampa. Doblen la vigilancia y cualquier cosa fuera de lo normal, manténgame informado. Y ni se os ocurra sacarle, por muy convincente que parezca la situación.

         —¿Cree que puede liberarse? —Preguntó Montenegro —. Un ratón tiene más cerebro que él en este momento. 

         —Son nuestros enemigos —repuso el consejero—, y contemplaste la fuerza sobrehumana que demostró tener. ¿No te has preguntado qué pasaría si ella toma el control de él ahora? Al contagiarse hemos dado por sentado que ya no es un impostor, que es simplemente un infectado, creo que cometimos un gravísimo error al llevarlo allí. Ahora ella conoce la ubicación de nuestra base.

         —Lo trasladaremos a otro lugar —propuso el comandante.

         —¡No! ¿Es que no escuchas? Duplica el personal de seguridad y si intenta cualquier cosa, disparen a la cabeza, lo quiero muerto.

         —¿Lo matamos? —Preguntó confuso el comandante.

         —No he dicho eso, solo que si logra escapar y tienen oportunidad, que lo eliminen. En ese caso, ¿lo ha entendido?, por desgracia lo necesitamos vivo. Cuando pueda me pasaré a verlo...

         —Me está diciendo que es una trampa, señor. ¿Y quiere venir en persona? Lo mejor es eliminarlo en su celda con gases letales, es cuestión de darle a un botón.

         —Por mucho que me seduzca esa idea, necesito tener esa carta bajo mi manga. Lo que tenemos que hacer es darle la vuelta a la situación y pillar a esa maldita alienígena antes de que se convierta en un verdadero problema. Y después iré a hacerle la visita.

        

 Continuará

Comentarios: 6
  • #6

    Chemo (domingo, 16 mayo 2021 21:33)

    Yo quiero uno de esos trajes.

  • #5

    Alfonso (domingo, 16 mayo 2021 17:17)

    Yo pienso que tal vez Arita busca a su acompañante en la nave espacial de la Luna.
    Habrá que verlo en la siguiente parte.

  • #4

    Vanessa (domingo, 16 mayo 2021)

    Tiene sentido la teoría de Alfonso. Más aún, por qué Arita se momificaría si podría haber usado el traje para evitarlo. Todavía más interesante, es bastante probable que los Grises hayan encontrado la base lunar antes que los humanos. Entonces, ¿por qué no intentaron usar a Arita en su causa (o destruirla si interfería en sus planes? Incluso Alastor ten;ia conocimiento de Arita, así que es probable que se hayan conocido de alguna u otra forma.
    Espero que se encuentren bien, chicos.

  • #3

    Tony (sábado, 15 mayo 2021 00:44)

    Buena apreciación Jaime, esta claro que eres de los vereranos porque no se te escapa una.

  • #2

    Jaime (viernes, 14 mayo 2021 23:28)

    Desde la parte pasada había pensado que la tela plateada era quizá parte del traje de los pleyadianos. Pero éstos han tenido el traje desde que llegaron a la Tierra, de acuerdo a una historia pasada. Creo que es más probable que sea el prototipo original en el cual los pleyadianos se basaron para crear su propio traje. Y quizá incluso sea más poderoso que cualquiera de los trajes pleyadianos al ser éste el original. Por otro lado, si Arita busca el traje significa que ella no sabe cómo fabricarlo, o no puede fabricarlo, lo cual implica que hay aún alguien más poderoso que ella capaz de construir los trajes. ¿Qué opináis?

  • #1

    Tony (viernes, 14 mayo 2021 13:52)

    Parece que me tengo que conformar con llegar a publicar los viernes.
    Espero que os guste esta parte y no olvidéis comentar.